Pentoxifilina para la protección renal en enfermedad renal diabética. Modelo de viejas drogas para nuevos horizontes

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La diabetes mellitus representa uno de los problemas de salud más importantes del mundo. Actualmente, más de 450 millones de personas tienen diabetes mellitus y, según estimaciones recientes, aproximadamente 690 millones de personas presentarán esta patología hacia 2045.

Patogenia de DKD

Según estimaciones recientes, más de 40% de los pacientes diabéticos, especialmente en el caso de diabetes tipo 2, pueden desarrollar enfermedad renal diabética (DKD), lo que genera importantes cargas sociales y económicas.

Además, la presencia de cualquier etapa de DKD está fuertemente asociada con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y, por tanto, la afectación renal es una causa importante de morbilidad y mortalidad en la población diabética. La patogenia de DKD incluye la expansión mesangial, deterioro de la función de las células endoteliales y pérdida de podocitos en el glomérulo, así como fibrosis intersticial en el compartimento tubular.

La manifestación clínica más importante es proteinuria, junto con una disminución progresiva de la función renal.

Abordaje terapéutico

Con respecto al tratamiento de DKD, las guías de práctica actuales se centran en detener o retrasar la progresión de la enfermedad mediante la regulación metabólica adecuada y el control de la presión arterial, con el bloqueo del sistema de aldosterona renina-angiotensina (RAAS) como terapia fundamental.

Los bloqueadores RAAS, como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA), son eficaces para retardar la progresión de la enfermedad, pero esta aproximación generalmente no detiene la progresión a enfermedad renal en etapa terminal (ESRD).

La combinación de bloqueadores de RAAS también se ha probado, pero no se ha demostrado que sea más efectiva que la monoterapia y se asocia con un aumento de los eventos adversos.

Pentoxifilina como nueva estrategia

La enfermedad renal diabética es una de las complicaciones más relevantes en pacientes con diabetes mellitus, que constituye la principal causa de enfermedad renal terminal en el mundo occidental.

Retrasar la progresión de esta patología requiere nuevas estrategias que, además del control de los factores de riesgo tradicionales (glucemia y presión arterial), aborden específicamente los mecanismos patógenos primarios.

Actualmente, la inflamación es reconocida como un factor patógeno novedoso crítico en el desarrollo y la progresión de la lesión renal en la diabetes mellitus. La pentoxifilina es un inhibidor de la fosfodiesterasa no específico con propiedades reológicas clínicamente utilizadas durante más de 30 años en el tratamiento de la enfermedad vascular periférica.

Además, este compuesto también ejerce acciones antiinflamatorias. En el contexto de la enfermedad renal diabética.

Pentoxifilina ha mostrado efectos antiproteinúricos significativos y un retraso en la pérdida de la tasa de filtración glomerular estimada, aunque en la actualidad no existe evidencia definitiva con respecto a los resultados renales.

Además, estudios recientes han informado que este medicamento puede estar asociado con un impacto positivo en nuevos factores relacionados con la salud renal, como la enzima Klotho.

El uso de pentoxifilina como terapia renoprotectora para pacientes con enfermedad renal diabética representa un nuevo ejemplo de reposicionamiento de medicamentos.

 

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