Mononucleosis infecciosa: ¡puede ser letal!

Estás aquí

Contáctanos

La mononucleosis infecciosa (MI) es una infección causada por el virus Epstein Barr, la cual afecta a menudo a pacientes pediátricos que pueden presentar fiebre, fatiga, dolor de garganta y linfadenopatía, este último síntoma puede incluir agrandamiento de los ganglios linfáticos anterior o cervical, axilar o inguinal.

MI como caballo de Troya

Otras características que son típicas de mononucleosis infecciosa incluyen petequias palatinas, esplenomegalia y linfocitosis atípica.

Aunque sus características agudas pueden durar semanas, a menudo se considera una enfermedad benigna; de hecho, cuando se diagnostica, los médicos pueden sentirse confiados en una falsa sensación de seguridad de que “todo está bien” sin discernir su potencial como un terrible caballo de Troya.

Un aspecto más insidioso de la mononucleosis infecciosa puede ser la muerte inusual, pero bien conocida, de un paciente con mono por sepsis abrumadora.

André-Alfred Lemierre (1875-1956), famoso bacteriólogo francés, identificó lo que se convirtió epónimamente en el síndrome de Lemierre o en la septicemia posanginal. En esta afección que puede seguir a la IM en personas de diversas edades, existe una infección orofaríngea febril aguda con sensibilidad lateral del cuello y tromboflebitis de la vena yugular interna; en este proceso séptico secundario con posibles lesiones metastásicas, el microbio encontrado es Fusobacterium necrophorum, una anaerobia gramnegativa obligada en forma de bastoncillo.

Importancia de la observación del paciente

El uso de penicilina y otros antibióticos en el siglo XX para la faringitis condujo a menos informes de este síndrome y se convirtió en un trastorno un tanto olvidado hasta principios del siglo XXI. El manejo exitoso del síndrome de Lemierre requiere un alto índice de sospecha, una observación cuidadosa del paciente y un tratamiento agresivo iniciado tan pronto como sea posible.

La mononucleosis infecciosa es un problema “benigno” para la mayoría de las personas que entran en contacto con esta infección casi ubicua. Sin embargo, para una minoría de personas, la mensajería instantánea no es benigna ni inocua.

A pesar del desarrollo tecnológico clínico en el siglo XXI, el adagio de Moses Maimonides del siglo XIII sigue vigente y nos recuerda que debemos observar cuidadosamente y seguir fielmente a nuestros pacientes en todo momento.

Las vacunas no salvarán al paciente con IM en este momento, pero la observación oportuna salvará vidas.

Prevenir la sepsis

El virus Epstein Barr puede llevar a consecuencias agudas, crónicas e, incluso, mortales. Aquellos pacientes que se sienten cada vez más incómodos con el empeoramiento de la obstrucción de la vía aérea y/o la sepsis requieren un monitoreo y manejo agresivos para salvar vidas y minimizar las complicaciones de la mononucleosis infecciosa.

En las personas con sepsis potencial es obligatorio realizar un tratamiento de sepsis con la provisión de hidratación y la cobertura de antibióticos de amplio espectro provista por expertos.

Si deseas leer el artículo completo, da clic aquí.