La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en personas con diabetes. Cuatro metanálisis de gran tamaño mostraron que después de desarrollar diabetes, el aumento en el riesgo de enfermedad coronaria fatal, accidente cerebrovascular u otra muerte aterosclerótica fue 27 a 50% mayor en las mujeres que en los hombres.
DMT2 y disparidad de género
El mecanismo detrás de esta disparidad sexual aún no está claro, pero la evidencia creciente sugiere que el desarrollo de la diabetes tipo 2 (DMT2) podría afectar adversamente los perfiles de factores de riesgo metabólico y de enfermedad cardiovascular en mujeres que en hombres.
Parte del exceso de riesgo observado en las mujeres podría explicarse por un manejo subóptimo y menos agresivo del factor de riesgo de enfermedad cardiovascular, en particular después de un infarto agudo de miocardio; sin embargo, estos estudios anteriores carecían de datos suficientes para evaluarlo.
Como la mayoría de los estudios que examinan las disparidades sexuales en el riesgo de enfermedad cardiovascular en diabetes tienen más de una década (1960-2005), estas estimaciones pueden no ser relevantes para la práctica contemporánea.
Enfermedades cardiovasculares y DMT2
Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo, utilizando el enlace de datos de investigación de práctica clínica vinculado a los registros hospitalarios y de defunciones de personas en Inglaterra; se identificaron 79,985 pacientes con DMT2 incidente entre 2006-2013 y 386,547 pacientes sin diabetes. Se usaron modelos de Cox estratificados por sexo para evaluar el riesgo cardiovascular.
En comparación con las mujeres sin DMT2, las mujeres con DMT2 tuvieron un mayor riesgo de eventos cardiovasculares con datos correspondientes similares en hombres, lo que lleva a un aumento no significativo riesgo relativo en mujeres.
Se observaron algunas diferencias importantes en el sexo en el manejo de los factores de riesgo.
En comparación con los hombres con DMT2, las mujeres con DMT2 eran más propensas a ser obesas, hipertensas y con hipercolesterolemia.
Las disparidades de género más notables en la prescripción fueron en relación con el tratamiento con estatinas, inhibidores de la ECA y aspirina, además se demostró que estas diferencias se explicaron solo en parte por la evitación de estos medicamentos en mujeres premenopáusicas, de acuerdo con las pautas recomendadas.
Los menores de 50 años representaban solo 17% de la población total de mujeres al inicio del estudio, esto no debería haber tenido un gran impacto en las disparidades que se observaron entre hombres y mujeres.
Conclusiones
La probabilidad de inicio y aumento de la terapia hipolipemiante en pacientes con hipercolesterolemia fue significativamente menor en mujeres, particularmente en pacientes con enfermedad cardiovascular.
En comparación con los hombres que desarrollan DMT2, las mujeres con DMT2 no tienen un aumento relativo significativamente mayor en el riesgo cardiovascular, pero las disparidades sexuales continúan en la prescripción y se deberían impulsar mayores esfuerzos para mejorar el nivel y la equidad de la atención de la diabetes en mujeres y hombres.
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