CEFALEA
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Cada 100 ml de solución contienen:
Valproato de magnesio ...... 20 g
Vehículo cbp ................... 100 ml
Anticonvulsivante: CRIAM® Solución contiene valproato de magnesio, un fármaco antiepiléptico cuya característica esencial es poseer el más amplio espectro de acción anticonvulsivante. CRIAM® Solución puede emplearse solo o combinado con otros antiepilépticos, en el control de las crisis generalizadas como la epilepsia tónico clónica generalizada, crisis de ausencias simples y complejas, epilepsia mioclónica, especialmente en niños cuya sintomatología es resistente a otros anticonvulsivos, epilepsias tónicas, epilepsias atónicas espasmos infantiles. Así como también en crisis parciales simples y complejas secundariamente generalizadas. CRIAM® Solución también es útil en el control de otros síndromes epilépticos como la epilepsia de Janz, síndrome de Lennox-Gastaut y síndrome de West. CRIAM® es empleado en pacientes con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA/H) para el control de las conductas agresivas. CRIAM® está indicado también para tratar las crisis convulsivas febriles atípicas.
CRIAM® además es útil en el tratamiento profiláctico de la cefalea migrañosa, para el tratamiento de los episodios de manía, asociados al trastorno bipolar, trastorno depresivo mayor, trastornos de ansiedad como el estrés postraumático y en el trastorno obsesivo compulsivo; además puede emplearse en el tratamiento de la abstinencia y dependencia de sustancias, trastornos psicóticos, discinesia tardía, en los trastornos de conducta de los pacientes con demencia, traumatismo craneoencefálico, retraso mental, trastornos de personalidad asociados con ansiedad, agresividad, irritabilidad y agitación.
La asociación con otros antiepilépticos requerirá ajustar las dosis de cada uno de los medicamentos empleados para evitar la aparición de efectos indeseables. En caso de asociarse con fenobarbital, la dosis del barbitúrico no debe exceder de 200 mg/día por que el valproato de magnesio (CRIAM®) potencializa la acción del barbitúrico.
Idiosincrasia al valproato de magnesio. No deberá administrarse en pacientes con enfermedad o disfunción hepática, así como tampoco durante el primer trimestre del embarazo.
El ácido valproico se une fuertemente a las proteínas, por lo que puede desplazar a otros fármacos que tienen la misma propiedad y deberá tomarse en cuenta en pacientes con alteraciones hepáticas, hematológicas y en diabéticos.
Cuando se administre concomitantemente con fenobarbital, deberá reducirse la dosis de este último por la potenciación que sufre su efecto con el ácido valproico.
En vista de que se han reportado algunos casos de hepatotoxicidad, se sugiere practicar pruebas de función hepática antes del tratamiento y dos meses después de que éste se establezca.
Los efectos adversos se deben al ácido valproico y no al magnesio, por lo que son comparables a los observados con el empleo de ácido valproico o valproato sódico. Como el fármaco frecuentemente se combina con otros anticonvulsivantes, difícilmente es posible determinar el origen de algunas reacciones secundarias.
Comunes (> 5%):
- Gastrointestinales: se presentan generalmente al inicio del tratamiento y, rara vez, requieren la suspensión del tratamiento: náusea, vómito, diarrea, cólico abdominal, constipación, anorexia, pérdida o aumento de peso y incremento del apetito.
- Sistema nervioso central: sedación (más común en tratamiento combinado).
Rara vez (> 1%):
- Sistema nervioso central: ataxia, cefalea, nistagmo, diplopía, temblor, disartria, mareo e incoordinación.
- Dermatológicos: (>5%): Pérdida transitoria del cabello, rash cutáneo, fotosensibilidad, prurito (< 1%) eritema multiforme, síndrome de Stevens-Johnson.
- Psiquiátricas: (> 5%): depresión, agresividad, psicosis, hiperactividad.
Hepáticas: Elevaciones menores de las transaminasas (relacionadas con la dosis):
- TGO, TGP y DHL. (< 1%) pueden presentarse alteraciones en las pruebas de laboratorio que incluyen aumento de las bilirrubinas y cambios anormales en otras pruebas de función hepática.
- Hematológicas: trombocitopenia, alteración de la agregación plaquetaria, aumento en el tiempo de sangrado, petequias, hematomas, hemorragias, linfocitosis, hipofibrinogenemia; leucopenia, eosinofilia, anemia y supresión de la médula ósea.
- Endocrinas: Ciclos menstruales irregulares, amenorrea secundaria, pruebas de funcionamiento tiroideo anormales, hinchazón de la glándula parótida, galactorrea.
- Metabólicas: hiperamonemia (elevación de las cifras de amonio), hiponatremia, hiperglicinemia.
Caja con frasco 40 ml (200 mg/ml) y gotero.
Oral.
Cada ml de CRIAM® Solución contiene 200 mg de valproato de magnesio:
0.25 ml = 10 gotas = 50 mg; 0.5 ml= 20 gotas = 100 mg; 1 ml = 40 gotas= 200 mg.
La dosis recomendada en niños preescolares y hasta los 4 años es de 10 a 15 mg/kg/día aumentando semanalmente 10 mg/kg/día hasta controlar las convulsiones o cuando aparezcan efectos secundarios que impidan mayores aumentos. La dosis máxima recomendada es de 60 mg/kg/día, no rebasar de 1,200 mg diarios. Con las dosis recomendadas, para el manejo de la epilepsia, se mantiene los niveles séricos del fármaco dentro del rango terapéutico (50 a 100 µg/ml). Se recomienda el monitoreo semestral de las funciones hepáticas y renal.
En niños con migraña no se ha ensayado el tratamiento profiláctico con valproato de magnesio, por lo que no se recomienda. Ante tal situación, las formas farmacéuticas líquidas serían útiles para pacientes adultos con dificultad para deglutir sólidos orales. Conviene iniciar el tratamiento con 1,000 mg al día, repartidos en dos a tres tomas e ir incrementando esta dosis de acuerdo la respuesta terapéutica. En caso de que durante el tratamiento aparezcan cuadros agudos de migraña, deberá indicar al paciente el tratamiento con CRIAM®. Con las dosis recomendadas, para el manejo de la epilepsia, y de la pofilaxis de la migraña mantienen los niveles séricos del fármaco dentro del rango terapéutico (50 a 100 µg/ml).
En episodios de manía se recomienda una dosis inicial de 750 mg diariamente en dosis divididas. La dosis debe ser aumentada tan rápido como sea posible para alcanzar la menor dosis terapéutica que produzca el efecto clínico deseado o el rango deseado de las concentraciones plasmaticas (50 a 100 µg/ml).